martes, 25 de diciembre de 2012

Reflexión I: Motivaciones


Siempre hay distintas reacciones frente a la publicación final de notas:
- ¡Aprobé! Ufff... ahora podré gastarme el dinero del vacacional           
- ¡Me bajó un punto en mi promedio! ¿Por qué?             
- Uhm, catorce... pensé que saldría con menos             
- ¡Once! Nunca más con este profesor
- ¿Veinte? Pediré a este profesor para adelantar un curso en verano.



Cada pensamiento expresa  nuestra motivación. En mi caso, una parte de mí aún anhela entrar al top 10 de la lista de ranking académico. Lo más cerca que había estado de ello, era el puesto 16... cuando ni me acordaba la contraseña de mi cuenta de facebook. Ciertamente, esta lista no refleja cuánto hemos aprendido realmente. Ni siquiera refleja nuestro grado de honestidad. Varios de los primeros puestos (a quiénes llamo alumnos ranking) se las ingenian para conseguir el examen días antes. Los alumnos regulares (a quiénes llamo mortales) hacen uso de la camararería y complicidad. Plagio y más plagio. No los juzgo. Además, que lance la primera piedra el que nunca haya plagiado o haya ayudado a plagiar. Casi estoy segura de que no quedaría nadie que yo conozca.

No sé qué es lo que causa este tipo de situaciones, que en este ciclo he presenciado tanto. ¿Los profesores memoristas? ¿El sistema educativo? ¿La presión de la sociedad? Pienso que la respuesta es nuevamente “motivaciones”.

Esa palabra, también explicaría por qué un compañero mío (según se rumorea) ha abandonado la universidad para dedicarse completamente al mercadeo en redes (en coquito, ser vendedor). Lo mismo ha sucedido con una pareja de enamorados... han jalado varios cursos para iniciar un nuevo negocio juntos. Muy romántico en teoría ¿pero en la práctica? Sé de Kiyosaki, de Bill Gates, de Steve Jobs y ene personalidades que abandonaron la universidad y que ahora almacenan en sus cuentas bancarias todo el dinero para acabar con la pobreza en el mundo. ¿Esos casos son la regla o la excepción a la regla? Lo que también sé es que si todos estos compañeros de los que hablo, alcanzan la fama mundial, yo también abandonaré la universidad. De momento, mi plan A es terminar la carrera y mi plan B es dedicarme a la literatura.

Ya el tiempo hablará de más motivaciones y tendré que escucharlo en silencio...


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