Siempre
hay distintas reacciones frente a la publicación final de notas:
- ¡Aprobé! Ufff... ahora podré
gastarme el dinero del vacacional
- ¡Me bajó un punto en mi promedio! ¿Por qué? - Uhm, catorce... pensé que saldría con menos
- ¡Once! Nunca más con este profesor
- ¿Veinte? Pediré a este profesor para adelantar un curso en verano.
Cada
pensamiento expresa nuestra motivación.
En mi caso, una parte de mí aún anhela entrar al top 10 de la lista de ranking
académico. Lo más cerca que había estado de ello, era el puesto 16... cuando ni
me acordaba la contraseña de mi cuenta de facebook. Ciertamente, esta lista no
refleja cuánto hemos aprendido realmente. Ni siquiera refleja nuestro grado de
honestidad. Varios de los primeros puestos (a quiénes llamo alumnos ranking) se
las ingenian para conseguir el examen días antes. Los alumnos regulares (a
quiénes llamo mortales) hacen uso de la camararería y complicidad. Plagio y más
plagio. No los juzgo. Además, que lance la primera piedra el que nunca haya
plagiado o haya ayudado a plagiar. Casi estoy segura de que no quedaría nadie
que yo conozca.
No
sé qué es lo que causa este tipo de situaciones, que en este ciclo he
presenciado tanto. ¿Los profesores memoristas? ¿El sistema educativo? ¿La
presión de la sociedad? Pienso que la respuesta es nuevamente “motivaciones”.
Esa
palabra, también explicaría por qué un compañero mío (según se rumorea) ha
abandonado la universidad para dedicarse completamente al mercadeo en redes (en
coquito, ser vendedor). Lo mismo ha sucedido con una pareja de enamorados...
han jalado varios cursos para iniciar un nuevo negocio juntos. Muy romántico en
teoría ¿pero en la práctica? Sé de Kiyosaki, de Bill Gates, de Steve Jobs y ene
personalidades que abandonaron la universidad y que ahora almacenan en sus
cuentas bancarias todo el dinero para acabar con la pobreza en el mundo. ¿Esos
casos son la regla o la excepción a la regla? Lo que también sé es que si todos
estos compañeros de los que hablo, alcanzan la fama mundial, yo también
abandonaré la universidad. De momento, mi plan A es terminar la carrera y mi
plan B es dedicarme a la literatura.
Ya
el tiempo hablará de más motivaciones y tendré que escucharlo en silencio...
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